-CULPA Y SENTIDO-
Que la vida
carece de sentido, la vida en general y la humana en particular, que no hay un
plan tras las estrellas, que estamos abandonados a nuestras decisiones, y que
estas emanan de una voluntad que es igualmente construcción, que el propio yo
es producto, se fue revelando como nuestra manera de estar en el mundo;
nuestra, es decir, de esta civilización tardomoderna, cómodamente burguesa,
reinado del último hombre, a decir de Nietzsche, «con sus pequeños placeres
para el día y sus pequeños placeres para la noche». Pero que la falta de
sentido se revele sigue significando la remisión a un sentido, y, por ello, tal
vez una culpa, que alguien ha de expiar (esto es, una culpa y un culpable). Y
de ahí el fingido juego de las víctimas y los verdugos, donde se deciden la
luchas de poder contemporáneas, en las que lo fundamental es, como siempre, la
ocupación del territorio, que es, ahora, apropiación del sufrimiento ajeno. (Nuevo
papel de la historia. Penúltima forma de distracción).
A. Bugarín
Valladolid, junio-2018
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