-NEGACIONISMOS-
Once de septiembre: el independentismo catalán se empeña, contra toda
evidencia, en convertir a Rafael Casanova en un héroe de la resistencia
antiespañola.
Cualquier día del año: sectores evangélicos (y otros, islámicos, etc., de
modo similar) se empeñan, contra toda evidencia, en datar la aparición de la
especie humana hace unos seis mil años.
Actuales dirigentes del PSOE, Podemos, etc., se empeñan, contra toda
evidencia, en situar a ERC (y en general a los nacionalismos periféricos) en la
izquierda política. (Queda en el aire la cuestión, claro, de qué se entienda
hoy por «izquierda política»).
El militante multiculturalista se empeña, contra toda evidencia, en hacer
compatibles con la paz, la tolerancia, la igualdad entre sexos, etc., a todas
las culturas de la Tierra (¡exceptuando, si acaso, las de origen cristiano-occidental,
aquellas precisamente, donde tales categorías político-antropológicas han
adquirido su ser!).
El patriota (o tal vez nacionalista) español de derechas se empeña, contra
toda evidencia, en identificar a Fraga y Aznar (excelsos autopatriotas) como defensores
de la unidad de España.
El neofeminismo populista se empeña, contra toda evidencia, en vincular
capitalismo y patriarcado.
Esas píldoras azules que tragamos todos los días para evitar la desazón de
la incertidumbre, cerrar el sentido, y crear un simulacro de coherencia. (O,
quizá, menos inocentemente, estrategias de poder).
A. Bugarín
Valladolid, septiembre-2020.
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