-INCLUSIONES-
Defendiendo los
pactos del actual gobierno con los herederos políticos y morales de un grupo
terrorista, dice, un ex presidente español, que «la democracia ... debe ser
inclusiva». Ignora, quizá, el mencionado ex presidente -o finge ignorar, con el
objetivo de vender el producto- que toda determinación es negación, lo que
significa que no todo es compatible con todo, y que, por lo tanto, incluir a
según qué proyectos políticos en el sistema, supone, necesariamente, excluir a
otros. Incluir, por ejemplo, el derecho de las comunidades autónomas a decidir
cuál va a ser la lengua vehicular de la enseñanza, significa excluir, en
aquellas comunidades bilingües gobernadas por grupos identitarios (o sea, en
este momento, en todas), a quienes defienden un efectivo bilingüismo en tales
comunidades. Hay un problema de inclusión, sí, el de decidir a qué proyectos se
incluye y a cuáles se excluye. Y este gobierno, de esta izquierda, signifique
hoy lo que signifique eso, ha decidido pactar con las extremas derechas periféricas,
en detrimento del orden republicano (aun coronado) español.
(Nota: acaso, siendo
benevolentes, podríamos entender las declaraciones expresidenciales como una versión
del recurrido «sabiéndolo llevar», en el que, en aras de una paz, muchas veces cobarde,
uno pone siempre los sacrificios, otro los beneficios).
A. Bugarín
Valladolid, noviembre-2020
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