-ESTRATEGIAS-
Una vez el fin
fue la sociedad comunista, con la que comenzaría la historia de la humanidad,
culminación necesaria de la lucha de clases, motor de la historia, reducida, a
partir de entonces, a la condición de prehistoria -esa acaso banal
interpretación de Marx, que no es el Marx filósofo de Das Kapital, según sugerente interpretación de Marzoa-.
Y el medio fue el
poder popular, ejercido directamente, en la calle, bajo la organización del
único partido, aboliendo, de este modo, la democracia liberal e instaurando la
dictadura del proletariado como paso previo para alcanzar aquel fin.
Pero el medio, el
pueblo en la calle, bajo la dirección del partido único y único representante
válido de la nación, instaura, previa abolición de la democracia liberal, el
Estado fascista.
Otra vez el fin
fue acoger, o empoderar, a los excluidos del proyecto de la modernidad, también
llamado ilustración o democracia liberal, así mujeres, minorías étnicas, o
grupos definidos por sus orientaciones varias. Y el medio fue abolir la
ciudadanía liberal y «uniformizadora» para celebrar las múltiples identidades.
Pero el medio, la
celebración de las múltiples identidades, y la abolición de la ciudadanía
liberal, aparta y reúne a los varones blancos bajo el discurso diferenciador de
Trump.
A. Bugarín
Valladolid, enero-2017
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