-CONQUISTADORES-
Una tendencia reciente, en este supuesto proyecto de reconciliarnos con
nuestra propia historia, enfrenta las conquistas imperiales de España buscando
la disculpa por vía de sembrar compasión sobre los propios conquistadores: esos
pobres desgraciados, que salen de una Castilla reseca y triste, y que descargan
las frustraciones de su miseria sobre otros que acabarán siendo más miserables
que ellos (africanos, aborígenes americanos, filipinos, etc.).
Pero, dejando de lado el perverso juego de las víctimas y los victimarios
en el que se han convertido las estrategias de poder, no se percatan, estos
disculpadores, de que, con esto, están cargando sobre nuestras espaldas
españolas otra culpa más terrible: nos condenan, al modo revertiano, a la
ignorancia y el fanatismo. La conquista, finalmente, ni siquiera tendría la
escusa de la elevación (Sepúlveda) del bárbaro al nivel de desarrollo que la
civilización había alcanzado en el viejo mundo.
A. Bugarín
Valladolid, febrero-2016
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