domingo, 8 de mayo de 2016

-ABDICACIONES-

Cuando, de nuevo, la pulsión totalitaria se instale entre nosotros, cuando el pueblo, o la gente, o las masas, decidan abdicar de sus responsabilidades personales -y cabe preguntarse si hay pueblo, o gente, o masas, sin una cierta abdicación de las responsabilidades personales-, empezando por aquellas responsabilidades que tienen los individuos para consigo mismos, cuando el discurso claudicante de los buenos y los malos, de los creyentes y los impíos, del pueblo real y el hipostasiado, en fin, del ellos o nosotros -y el orden es el que es- se instale, de nuevo, entre nosotros, no lo hará bajo las formas ya conocidas y fácilmente identificables, bajo las máscaras del fascismo, por ejemplo, arquetipo de todo totalitarismo, sino bajo otras formas; al igual que un cuerpo inmunizado cierra el paso a las viejos virus ya conocidos, pero no a los mutantes, cuando el totalitarismo, me reitero, llegue -e indicios hay de que tal cosa no es descartable-, lo hará bajo máscaras que no reconoceremos hasta que su dominio esté consumado, quien sabe, puede que, incluso, bajo alguna de las múltiples máscaras del antifascismo.
A. Bugarín
Valladolid, mayo-2016

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