domingo, 6 de diciembre de 2020

-UN TIK TOK-
Un minivídeo (lo que podríamos denominar un Tik Tok), en el que Joe Biden reacciona agresivamente ante el intento de Tump de comerse su hamburguesa (haremos abstracción del origen y el contexto de la broma), sirve a la derecha you tuber, para insistir en la consabida tesis de que la izquierda solo comparte lo ajeno, no lo propio.
Ignora, al parecer, esa derecha, que:
(1) No pretendió nunca el marxismo (que supondremos paradigma de la izquierda) que las decisiones individuales, o morales, traigan el cambio social, sino aquellas colectivas e institucionales.
(2) No fue nunca propuesta marxista el reparto de la propiedad privada, sino su supresión.
(3) Joe Biden no representa a la izquierda más que el propio Trump (salvo que hablemos de la izquierda hollywoodiense claro).
A. Bugarín
Valladolid, noviembre-2020
 

viernes, 4 de diciembre de 2020

-PLENITUD-
Tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, destacados miembros de la coalición gobernante manifiestan su complacencia por este hecho, que les garantizará -dicen-, la permanencia en el poder durante muchos años, lo que, paralelamente, supondrá -continúan aclarando-, la condena de los partidos de la oposición a persistir en la condición de tales.
Alcanzar el poder y permanecer en él. Eso es todo. Esa manifiesta ingenuidad. Esa satisfacción.
A. Bugarín
Valladolid, diciembre-2020
 
-INCLUSIONES-
Defendiendo los pactos del actual gobierno con los herederos políticos y morales de un grupo terrorista, dice, un ex presidente español, que «la democracia ... debe ser inclusiva». Ignora, quizá, el mencionado ex presidente -o finge ignorar, con el objetivo de vender el producto- que toda determinación es negación, lo que significa que no todo es compatible con todo, y que, por lo tanto, incluir a según qué proyectos políticos en el sistema, supone, necesariamente, excluir a otros. Incluir, por ejemplo, el derecho de las comunidades autónomas a decidir cuál va a ser la lengua vehicular de la enseñanza, significa excluir, en aquellas comunidades bilingües gobernadas por grupos identitarios (o sea, en este momento, en todas), a quienes defienden un efectivo bilingüismo en tales comunidades. Hay un problema de inclusión, sí, el de decidir a qué proyectos se incluye y a cuáles se excluye. Y este gobierno, de esta izquierda, signifique hoy lo que signifique eso, ha decidido pactar con las extremas derechas periféricas, en detrimento del orden republicano (aun coronado) español.
(Nota: acaso, siendo benevolentes, podríamos entender las declaraciones expresidenciales como una versión del recurrido «sabiéndolo llevar», en el que, en aras de una paz, muchas veces cobarde, uno pone siempre los sacrificios, otro los beneficios).
A. Bugarín
Valladolid, noviembre-2020