jueves, 6 de diciembre de 2018

-SOCIODINÁMICA (PRINCIPIOS DE LA)-

La igualdad en la llegada, la igualdad absoluta en la llegada, exigiría un control social absoluto, que aboliría cualquier rastro de lo humano, y, por ello, cualquier interés en alcanzar esa igualdad.
 La igualdad absoluta de partida implicaría un inicio frío, un cero absoluto, que, una vez alcanzado, impediría todo cambio de estado.
Todo movimiento, es, pues, fruto de una desigualdad (esto es, un modo del poder).
(Pero, ciertamente, la desigualdad absoluta en el punto de partida, indistinguible de la desigualdad absoluta en el punto de llegada, supondría, de modo similar, la imposibilidad de todo movimiento).
A. Bugarín
Valladolid, diciembre-2018

jueves, 13 de septiembre de 2018

-TRINOS Y AFORISMOS 5-

&1
La humildad es una estrategia disfrazada de virtud.

&2
Herederos del Cid: capaces de ganar batallas a los muertos.

&3
Multiculturalismo: mantener al indio en su reserva intelectual.

&4
Jóvenas, miembras, ... visibilizar la estulticia.

&5
España cárcel de pueblos -dicen-, y por ello ¿espacio natural para ciudadanos?

&6
La vida hace ensayos colectivos que no llegan a la conciencia de los individuos.

&7
Conforme nos acercamos a las cosas la historia se hace narración ... y mitología.

&8
Si toda valoración es discriminación, y toda discriminación ofensa, ¿cuál es la conclusión del silogismo? (Y sí, toda valoración es discriminación).

&9
Ya tenemos libertad de expresión: ¡lástima no tener nada que expresar!

&10
Multiculturalismo: instrucciones para el uso de pañuelos (pañuelo arriba, pañuelo abajo).

&11
Objetivo único de todo populismo: que los ciudadanos se instalen en «modo plebe», lo demás vendrá por añadidura.

&12
Multiuniverso (contra Leibniz): Dios elige «todos» los mundos posibles.

&13
Salir de los tópicos para descubrir su sentido: la experiencia del caos funda el orden.
A. Bugarín
Valladolid, septiembre-2018

viernes, 20 de julio de 2018

-ENJAMBRE-

De igual modo que, en toda lengua, la estructura gramatical profunda (Chomsky, que tristeza, prestando su voz a la burguesía golpista catalana: la frecuente necedad de la inteligencia, como Heidegger, en el discurso del rectorado, como Sartre, apoyando el maoísmo, como tantos, apoyando tantas nefastas cosas) puede dar origen a diversas estructuras gramaticales superficiales, así, estados emocionales primarios, pueden, a través de difusas ideologías -que funcionan aquí como, en el otro ámbito, las reglas de transformación-, ser reorientados para producir diversas manifestaciones emocionales secundarias, las cuales, como las feromonas en ciertas especies de insectos, coordinan la conducta de un número variado y disperso de individuos, generando, por ejemplo, sistemas organizados de acoso tuitero sin necesidad de un organizador identificable. (Enjambre como categoría política).
A. Bugarín
Valladolid, julio-2018

domingo, 24 de junio de 2018

-CULPA Y SENTIDO-

Que la vida carece de sentido, la vida en general y la humana en particular, que no hay un plan tras las estrellas, que estamos abandonados a nuestras decisiones, y que estas emanan de una voluntad que es igualmente construcción, que el propio yo es producto, se fue revelando como nuestra manera de estar en el mundo; nuestra, es decir, de esta civilización tardomoderna, cómodamente burguesa, reinado del último hombre, a decir de Nietzsche, «con sus pequeños placeres para el día y sus pequeños placeres para la noche». Pero que la falta de sentido se revele sigue significando la remisión a un sentido, y, por ello, tal vez una culpa, que alguien ha de expiar (esto es, una culpa y un culpable). Y de ahí el fingido juego de las víctimas y los verdugos, donde se deciden la luchas de poder contemporáneas, en las que lo fundamental es, como siempre, la ocupación del territorio, que es, ahora, apropiación del sufrimiento ajeno. (Nuevo papel de la historia. Penúltima forma de distracción).
A. Bugarín
Valladolid, junio-2018

sábado, 16 de junio de 2018

-ORIGEN-

En La genealogía de la moral muestra Nietzsche -labor por la que, como sabemos, ha recibido, junto a Marx y Freud, el honroso calificativo de «maestro de la sospecha»-, cómo ciertos valores pueden tener su origen -resentimientos múltiples de por medio-, en una inversión de sus contrarios. Así sucedería con «bien» y «mal», y sus correspondientes extensiones caracteriológicas de «bondadoso» -como pobre, humilde, y, por ello, querido de Dios- y «malvado» -como rico y orgulloso, y, por ello, despreciado por Dios-, nacidos de la reinterpretación en clave moral de los antiguos conceptos vitales y aristocráticos de «malo» -como inferior y despreciable-, y «bueno» -como pleno de vitalidad, rico, orgulloso, y elevado-.
La aplicación de este genealógico juego de los orígenes y las inversiones nos permitiría entender el desarrollo de ciertos sorprendentes posicionamientos políticos actuales. Así, «república», en boca del populismo de diversa índole, y, especialmente, del nacionalismo étnico catalán, no puede significar otra cosa que la inversión del concepto original de «república», que es la negación de todo vínculo que no remita al sometimiento exclusivo a la ley, y de toda identidad que no nazca de la autonomía racional del sujeto. (Lo republicano: Felipe VI el 3 de octubre invitando a los poderes del Estado a cumplir la ley y hacer cumplir la ley).
O así «fascismo», y su síncopa coloquial «facha», que, nacidos para designar a ciertas concepciones totalitarias y antiliberales del Estado y la ciudadanía, son empleados, ahora, por aquellos que esgrimen actitudes e ideologías fácilmente equiparables al fascismo clásico, tales nacionalistas étnicos y populismos varios, para descalificar a cualesquiera defensores de la democracia liberal.
A. Bugarín
Valladolid, junio-2018

sábado, 12 de mayo de 2018

-INSISTIR-

El franquismo fue un principio de orden sustentado en el miedo. Miedo alentado por el recuerdo permanente de la guerra, de la que, como una vergüenza íntima, no se habla. Miedo a la policía. Miedo a los fantasmas que produce una religión al servicio del miedo. Miedo a la desaparición de ese principio de orden: miedo hobbesiano al caos (ay, cuando muera Franco...).
Pero la vida aflora incluso en el desierto (la tentación de la metáfora). Y en el seno de ese régimen totalitario, a decir de unos, o simplemente autoritario, a decir de otros, y siempre bajo vigilancia militar, los españoles siguieron viviendo: se hicieron fábricas, astilleros, pantanos, carreteras, se abrieron nuevas vetas en las minas, se cultivó la tierra, incluso la que había permanecido yerma por los siglos de los siglos, se crearon institutos y universidades, se compusieron piezas musicales y canciones, se hicieron películas, se escribieron novelas, se organizó lo común, se creó un Estado. Los españoles salieron fuera de sus fronteras, para huir de la represión o para trabajar, a veces para estudiar, y los más regresaron. Se abrieron las puertas, otra reiterada metáfora, al turismo, y llegaron las gentes del norte, que entonces era más norte, con sus pieles blancas y sus costumbres liberales. Y hubo revueltas, quizá no las suficientes, con sus héroes conocidos, y otros anónimos. Y hubo cambios, unos más visibles, vinculados al espacio público, otros sospechados, vinculados a la vida familiar e íntima, al espacio privado. Tuvimos nuestro mayo del 68, nuestra revolución de lo cotidiano. Finalmente el dictador falleció, de muerte natural, tras cuarenta años condicionando la vida de tanta gente.
Se abrió entonces una espera, y una esperanza. Se debatió, poco, entre ruptura o reforma, cambio «de ley a ley», o cambio en las calles. Fue un debate de símbolos, pues, dado el contexto externo e interno, nada sustancial podría haberse hecho de otra manera, nada que no fuese recuperar la condición de ciudadanos hubiese sido aceptable. Nada que no fuese, pues, instaurar un modelo republicano de Estado. Y, ciertamente, eso se hizo, bajo la forma simbólicamente menos efectista, más disimulada, bajo la forma de una república coronada (que evitó, seguramente, algunos muertos más en las calles, ese principio de sangre tan legitimador).
Pero la renuncia al heroísmo y a los símbolos tuvo consecuencias demoledoras para la pervivencia del Estado democrático naciente, pues en esta nueva realidad, confortablemente burguesa, las identidades se construyen con símbolos. Y, agarradas al símbolo, las izquierdas callejeras renegaron de su propio país, agarrados al símbolo resucitaron los fantasmas de la afrenta, los viejos resentimientos, y florecieron las identidades alternativas reconstruidas bajo otras banderas. Las comunidades de etnotipos -eso que llaman algunos «pueblos naturales»-, resurgieron para decretar la ilegitimidad de la nación de ciudadanos, para «denunciar» la naturaleza opresiva del nuevo Estado.
Y en esas estamos. Con la máquina de la melancolía otra vez en marcha. Esperando acaso que se ponga en valor (pues la medida de la presencia es hoy poner en valor) el heroísmo escondido de la prudencia y la contención, la recuperación de lo esencial, la superación de la adolescencia, y la vuelta a, o comienzo de, la reflexión, posible solo para el sujeto racionalmente autónomo, para el ciudadano (esa insistencia).
A. Bugarín
Valladolid, mayo-2018

viernes, 4 de mayo de 2018

-SUPERESTRUCTURA-

Si, atendiendo a una posible interpretación del desarrollo histórico avanzada por algunos textos marxistas, hacemos depender el proyecto de la modernidad, con su sujeto racionalmente autónomo, su ciencia y su democracia liberal, del desarrollo del modo de producción capitalista, con su reducción de todo ente a potencial mercancía, de la libertad a libertad de mercado, de la igualdad a igual disposición para concurrir con las mercancías, incluida la propia fuerza del trabajo, al mercado, y de la ciencia a ideología, ¿estamos dando a entender, con ello, que tan señaladas conquistas no son más que la excrecencia de un indigno producto?
Pero, del mismo modo que bajo cualesquiera sublimes creaciones del arte podemos encontrar los mecanismos psicológicos o fisiológicos enraizados, a veces, en la patología y siempre en las necesidades más puramente animales de los creadores que las han hecho posibles, así, también pudiera suceder, que bajo las señaladas producciones históricas estuviesen operando las mezquinas condiciones materiales de las que se nutren sin menoscabo del valor de tales producciones.
A. Bugarín
Valladolid, mayo-2018

viernes, 13 de abril de 2018

-INTELIGENCIA SENTIENTE-

Insiste algún periódico, en anunciarnos, una vez más, el posible, y casi inevitable a corto o medio plazo, desarrollo de circuitería y programas informáticos capaces de crear y/o almacenar inteligencia humana. Pero deberíamos estar vacunados ya contra la expansión de cierto tipo de memes, de aquellos precisamente que insisten en la posibilidad de una inteligencia que, creada o transferida, siguiese siendo humana desconectada de sus componentes emocionales, de sus componentes psico-biológicos.
A. Bugarín
Valladolid, noviembre-2017

sábado, 7 de abril de 2018

-ALTERNATIVAS-

Distanciarse, dejar ser a lo que aparece, examinarlo, reducir la apariencia a su fundamento y, desde este, explicar la apariencia en su condición de apariencia; comprometerse, en definitiva, con la verdad. A eso se llamó conocimiento, una construcción humana, precedida de otras construcciones humanas, de otros saberes hundidos en la vida inmediata, en la supervivencia: saberes técnicos. Y otros, saberes sobre la vida y la muerte: saberes religiosos o sapienciales. Pero fue necesario ese distanciamiento, y pensar la totalidad, es decir, situarse en el punto de vista cualquiera, para que el conocimiento fuese posible.
La ciencia es una construcción humana todavía más reciente, una construcción de la modernidad, que usa el lenguaje del número y la relación, ese supremo distanciamiento. ¿Significa esto que la ciencia, al igual que el conocimiento, del que constituye una novedosa y actualizada variante, es una opción? No. O sí. No puede haber una ciencia alternativa, la ciencia alternativa no es ciencia, el conocimiento alternativo no es conocimiento. Pero sí se puede, de hecho se pudo, vivir sin ciencia. (Este «sí se puede» conllevaría, obviamente, una reducción de la humanidad, y una reorientación de la humanidad, una humanidad, ahora sí, alternativa).
A. Bugarín
Valladolid, abril-2018

sábado, 10 de marzo de 2018

-CONFUSIONES-

Voces señaladas del movimiento feminista en España nos invitan, en confuso manifiesto, a participar en la huelga general y las concentraciones del 8 de marzo para luchar contra el capitalismo, aliado, dicen, del patriarcado.
Y, por ello, otros «líderes sociales», en especial políticos y periodistas, situados en la «órbita» liberal, permítaseme la metáfora kepleriana, cuestionan tal invitación, en defensa precisamente del modelo capitalista de producción, indisolublemente unido, dicen estos, y dicen bien, a la democracia liberal, indisolublemente unido, podríamos decir igualmente, al proyecto de la modernidad.
Pero yerran ambos, aunque en desigual medida, y por el mismo motivo. Pues modo de producción capitalista es reducción de lo ente a mercancía, y, por ello, libertad de mercado, y, por ello, disolución de cualquier tipo de comunitarismo, para dejar libre -esto es, sin vínculos orgánicos, a disposición de ese libre mercado-, toda posible fuerza de trabajo, convertida, también ella, en mercancía.
Por esa razón, la lucha del movimiento feminista, en la medida en que pueda tener todavía sentido en las democracias desarrolladas de Occidente, no puede significar otra cosa que la lucha por eliminar las excrecencias del patriarcado, que, como los órganos vestigiales en determinadas especies, sobreviven como señal de un pasado que la evolución histórica, precisamente de manos del denostado modo de producción capitalista, ha removido.
Y, por esa razón, la lucha del movimiento feminista no es, no puede ser, una lucha contra tal modo de producción, ni contra la democracia liberal, crean lo que crean sus dirigentes y líderes intelectuales, y crean lo que crean quienes las cuestionan, sino, precisamente, el desarrollo de la lógica interna de un capitalismo que pugna por consumar su plenitud. (Inevitable para que, acaso entonces, pueda pensarse en su superación).
A. Bugarín
Valladolid, marzo-2018

sábado, 10 de febrero de 2018

-ANIMALARIO-

Lo humano es saber del límite, y afirmarse en el límite, es tomar distancia frente a lo inmediato, porque la realidad adquiera su propia condición, y hablar, y hablarse, hablarse empleando ese sistema simbólico, denominado, por su propio poder designante, lengua natural, que permite traer a presencia, y alejar, todas las cosas, y así poner de manifiesto lo posible, reducir lo dado al conjunto de sus posibilidades para re-crear el mundo, bajo la forma de la cuantificación y el dominio, bajo la forma de la belleza, según la cual, a decir de Marx, el hombre produce atendiendo a la medida de las cosas, bajo la forma de la esperanza, o la desesperanza...
Pero algunos sostienen, ahora, y quizás no les falte razón, que no hay gran diferencia entre ellos y sus mascotas.
A. Bugarín
Valladolid, octubre-2016

miércoles, 7 de febrero de 2018

-ADIVINA, ADIVINANZA-

Se trata de un régimen político cuyo poder supremo está (o estuvo) en manos de un caudillo, jefe del único partido legal, que apoyaba sus decisiones en una ideología universalista, en extraña simbiosis con una exaltación patriótica extrema, y una presencia muy fuerte del Estado en la economía nacional.
A. Bugarín
Valladolid, febrero-2018

-LA CRÍTICA DE LA CRÍTICA CRÍTICA-

En aquel tiempo los hombres de Ciberia habían alcanzado tal grado de civismo, tal grado de tolerancia y relativismo, que consideraron de justicia ponerse definitivamente en el lugar del otro, dar la palabra al perdedor, traer a presencia lo ausente. De ese modo, una legión de historiadores y filósofos, antropólogos y periodistas, sociólogos y críticos literarios, se aplicaron a la tarea de rescatar al abandonado, dar la palabra al que carece de ella, desvelar cada historia oculta bajo la verdad oficial, abolir todas las trampas con que se justifica el poder.
Y llegó el momento en que la palabra antes ignorada ocupó el espacio público, en que la historia escondida se convirtió en contenido de los libros de texto, en que de los antiguos marginados salieron los secretarios de Estado.
Una generación más tarde, las más finas conciencias críticas, vanguardia siempre dispuesta a liderar a la acéfala masa, caen en la cuenta de la injusticia del orden establecido. Caen en la cuenta de que la nueva palabra instaurada se ha convertido en palabra ganadora, que el orden presente oculta el ausente.
Y así, una nueva generación de historiadores y periodistas, filósofos y antropólogos, sociólogos y críticos literarios, dispuestos a luchar contra toda injusticia, dispuestos a sacar al oprimido de su opresión, a dar voz al condenado a la mudez, ponen su empeño y esfuerzo en dar la palabra a los antiguos ganadores, cuyo discurso ha sido ahora desterrado, hasta lograr, por fin, que el perdedor, y antiguo ganador, vuelva a ser el ganador, desterrando al ganador y antiguo perdedor a su lugar.
Y es maravilla comprobar, como, de esa forma, generaciones de historiadores y filósofos, antropólogos y periodistas, sociólogos y críticos literarios, encontraron, por fin, un modo honrado de ganarse la vida.
A. Bugarín
Valladolid, febrero-2018

sábado, 3 de febrero de 2018

-POEMA CÍVICO-

Si hay siervos no hay ciudadanos.
Si hay señores no ha ciudadanos.
Si hay etnotipos no hay ciudadanos.
Si hay pueblo no hay ciudadanos.
Si hay plebe no hay ciudadanos.
Si hay comunidad de creyentes no hay ciudadanos.
Si hay comunidad de género-sexo no hay ciudadanos.
Y república es, y no otra cosa, existencia de ciudadanos.
A. Bugarín
Valladolid, febrero-2018