Al que tiraniza el cuerpo se le llama príncipe. Al que tiraniza el alma se le llama papa. Al que tiraniza a la vez cuerpo y alma se le llama pueblo. Oscar Wilde.
domingo, 6 de diciembre de 2020
viernes, 4 de diciembre de 2020
lunes, 9 de noviembre de 2020
Donald Trump, candidato evangélico, entre otras cosas, a la presidencia de
EEUU, ha perdido las elecciones. Le sustituye el católico Joe Biden. ¿Se habrán
equivocado los electores americanos de Dios?
La derecha católica prohispana de «Latinoamérica» (por evitar cacofonías) está triste: se va el candidato evangélico que había borrado la lengua castellana de los ámbitos en que podía hacerlo.
Se va Trump. La izquierda hollywoodiense se ha quedado sin hombre de paja contra el que definirse. Igual van a tener que ponerse a cambiar algo. (O, más probable, seguiremos con las performance identitarias. El «mundo de la cultura» es, ahora, eso -y la condición de actor/actriz como paradigma-).
Se va Trump. Cabreo en los Estados norteamericanos, otrora industriales y
todavía agrícolas, del interior. Alborozo en Instagram, Google, Yahoo, Twitter.
¿Las elecciones norteamericanas eran, también, eso? ¿Un combate entre el
capital industrial y el digital?
Se va Trump. Con ello «la ultradederecha ... pierde su principal valedor
político», manifiesta un líder político español. Uno que tiene a las extremas
derechas «plurinacionales» como aliados preferentes.
Se va Trump. Disgusto en Rusia. Alegría en Europa. En China no se sabe.
¿Nos dice, también esto, algo acerca del «estado del mundo»?
martes, 27 de octubre de 2020
martes, 20 de octubre de 2020
Por eso, y a despecho de las declaraciones
políticas y periodísticas, de los hashtag
y trending topics, de las
publicaciones que brotan de la facultades «de humanidades», de las diversas
formas en las que se toma hoy conciencia del presente, corrientes no observadas
pueden estar llevando los barcos a puertos no previstos, o, acaso, al naufragio.
domingo, 27 de septiembre de 2020
sábado, 26 de septiembre de 2020
Esas píldoras azules que tragamos todos los días para evitar la desazón de
la incertidumbre, cerrar el sentido, y crear un simulacro de coherencia. (O,
quizá, menos inocentemente, estrategias de poder).
domingo, 28 de junio de 2020
miércoles, 20 de mayo de 2020
Incoherencias: es correcto, y legítimo (lo que, en este contexto, significa
simplemente que es lógicamente posible) imaginar, y aun construir, un individuo
no adiestrado para el autocontrol, la producción y el consumo. Pero no es correcto
(por ser materialmente, y por lo tanto racionalmente, imposible) plantear una
sociedad en la que los individuos no sean adiestrados para tales fines y
pretender, al mismo tiempo, el nivel de bienestar material de las sociedades en
las que abundan tal tipo de individuos.
Multicapitalismo: respeto a todas las culturas e identidades; que el dinero
circule libremente.
Contrafácticos: el mundo factual es uno, los posibles innumerables. (Lo
real tiene la densidad de lo sólido, lo posible el carácter expansivo del gas).
Cada interpretación es un hecho.
La felicidad no es algo sustantivo, sino un estado que acompaña a otras
cosas, y, quizás, una nostalgia.
Paradoja: no hay verdadera sumisión si no es voluntaria. (Y al revés claro,
solo cuando es voluntaria hay verdadera sumisión).
Una justificación del mal: el último recurso, a veces, para soportar la
banalidad.
La incapacidad para convivir con la anomalía se resuelve: (1) Suprimiendo
al sujeto anómalo. (2) Negando la normalidad.
-RISAS-