viernes, 4 de diciembre de 2020

-INCLUSIONES-
Defendiendo los pactos del actual gobierno con los herederos políticos y morales de un grupo terrorista, dice, un ex presidente español, que «la democracia ... debe ser inclusiva». Ignora, quizá, el mencionado ex presidente -o finge ignorar, con el objetivo de vender el producto- que toda determinación es negación, lo que significa que no todo es compatible con todo, y que, por lo tanto, incluir a según qué proyectos políticos en el sistema, supone, necesariamente, excluir a otros. Incluir, por ejemplo, el derecho de las comunidades autónomas a decidir cuál va a ser la lengua vehicular de la enseñanza, significa excluir, en aquellas comunidades bilingües gobernadas por grupos identitarios (o sea, en este momento, en todas), a quienes defienden un efectivo bilingüismo en tales comunidades. Hay un problema de inclusión, sí, el de decidir a qué proyectos se incluye y a cuáles se excluye. Y este gobierno, de esta izquierda, signifique hoy lo que signifique eso, ha decidido pactar con las extremas derechas periféricas, en detrimento del orden republicano (aun coronado) español.
(Nota: acaso, siendo benevolentes, podríamos entender las declaraciones expresidenciales como una versión del recurrido «sabiéndolo llevar», en el que, en aras de una paz, muchas veces cobarde, uno pone siempre los sacrificios, otro los beneficios).
A. Bugarín
Valladolid, noviembre-2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario