domingo, 1 de octubre de 2017

-PENSAR, INSTAURAR-

Los mantras no dicen pero establecen, su objetivo es producir un cierto estado mental. Que los mantras hayan surgido en Oriente forma parte de la lógica profunda de las cosas. Y es acaso un símbolo de la diferencia entre el modo oriental y el occidental de estar en el mundo. Las «filosofías» orientales son instauradoras. Al acatarlas uno penetra en un sistema de acogida que configura la realidad bajo una forma definitiva. La filosofía «occidental» es dialéctica, y, por ello, histórica. Al penetrar en un sistema filosófico occidental uno se encuentra con un instrumento para enfrentarse con la realidad y con otros sistemas de pensamiento.
Pero de un tiempo a esta parte, tal vez debido al tan denostado, por unos, o celebrado, por otros, proceso de globalización, aparecen en escena híbridos extraños. Encontramos en Occidente, e insertadas en la estrategia política particular, formas de pensamiento instauradoras, a modo de mantras, sustraídos al debate, pero carentes de esa cosmovisión espiritual y definitiva que acompañaba al pensamiento oriental.
Uno de esos mantras es «derecho a decidir». ¿Quién puede negar un derecho? ¿Quién puede oponerse a decidir? Solo los malos, la mala gente. (Frente a esa buena gente que exhibe sus sentimientos como un sistema de legitimación -tras haber establecido, obviamente, cuáles son los sentimientos que está permitido tener-. Mis sentimientos son Catalunya. O ¿Catalunya es mis sentimientos?).
Pero, esperando que el modo occidental de pensar, que problematiza y trae a la plaza pública, para ser debatido, todo proyecto, especialmente todo proyecto político, no haya muerto del todo, cabe preguntar: ¿Instaura la palabra derecho un derecho? ¿Se puede, y se debe, decidir sobre cualquier cosa? Cuando la decisión choca con otra decisión ¿quién decide?
(Y, sí, también es un mantra la apelación continua a «la ley», como si la mención reiterada de la palabra ley instaurase ley).
A. Bugarín
Valladolid, octubre-2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario