-RAZAS, ETNIAS, PUEBLOS-
Los pueblos, que
no el pueblo, así en plural, en boca de los políticos, de ciertos políticos, de
ciertos políticos que situamos ¿en la izquierda?, en todo caso en una nueva y
paradójica izquierda que crece, de Madrid a Buenos Aires, pasando por Caracas,
y que podríamos calificar, con permiso de Horacio Vázquez-Rial, aunque no sé si
estamos hablando de lo mismo, de izquierda reaccionaria.
Y hablan, esos
mismos políticos, y otros de la derecha reaccionaria de siempre, pero disfrazada
de otras cosas, del derecho de los pueblos a decidir, por ejemplo, de los
pueblos y de la gente, nunca de los ciudadanos, ese viejo concepto, liberal y
republicano, venido a menos, quizá por lo que supone, autonomía racional,
autonomía, y por lo tanto también, responsabilidad, del individuo.
Los pueblos, es
decir, las etnias, es decir, las razas, pues ¿qué es una raza sino un pueblo
que se ha resistido durante milenios al mestizaje y cuyos mutaciones azarosas, acaso
deriva genética de por medio, han construido una identidad colectiva en el
propio cuerpo de los individuos?
Y dicen, esos
mismos políticos, y sus asesores culturales, que, donde hay un pueblo, esto es,
donde hay, estamos en el contexto de la antropología cultural, una nación, esto
es, una etnia, debe haber un Estado. ¿Debe, también, haber una etnia donde hay
un Estado?
O, en todo caso,
Estado plurinacional, para garantizar, se dice, el pluralismo; o sea, ¿combatir
el mestizaje para garantizar la existencia de la diversidad racial? ¿Pero eso
no era la Nouvelle Droite? ¿El
pluralismo es una confederación de uniformidades?
A. Bugarín
Valladolid, enero-2016
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